Bocanada de aire fresco para los enfermos de alzhéimer. La empresa de hemoderivados catalana Grífols y la biotecnológica aragonesa Araclon arrancarán en breve un ensayo clínico de una vacuna contra la enfermedad que ha demostrado una eficacia elevada en animales y apenas toxicidad. La noticia abre una brecha de esperanza en la lucha contra esta dolencia neurodegenerativa que afecta al 10% de las personas mayores de 65 años tras otros intentos de vacuna anteriores que fracasaron al registrarse importantes efectos secundarios como la encefalitis.
El presidente y consejero delegado de Grífols, Víctor Grífols, ha explicado que el proyecto ha sido posible por la adquisición del 51% de la aragonesa, lo que permitirá a la «spin off» de la Universidad de Zaragoza garantizar su subsistencia y evitar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que planeaba sobre sus 22 trabajadores.
Hasta la fecha, la vacuna ha sido testada en cinco modelos animales -ratas, ratones, ovejas, perros y conejos-, según ha precisado el fundador y consejero delegado de Araclon, Manuel Sarasa, y en todos ellos se ha demostrado la ausencia de toxicidad y una correcta respuesta del sistema inmunitario con la producción de anticuerpos frente a la enfermedad, informa Ep. Sarasa ha avanzado, sin embargo, que deberá esperarse al menos ocho años para determinar si la vacuna es eficaz y si se puede administrar de forma generalizada.
El ensayo clínico prevé una primera fase con 40 personas, a las que se administrará la vacuna, que genera anticuerpos que contribuyen a reducir la proteína beta-amiloide, elemento clave en el proceso de degeneración cognitiva. Una vez cerrada esta fase, los investigadores reclutarán pacientes de diferentes centros médicos y países, con la idea de afinar en las dosis exactas y comprobar si efectivamente se logra frenar la progresión neurodegenerativa y, en segunda instancia, si los afectados recuperan su capacidad cognitiva.
Dentro del proyecto se prevé también la creación de un «kit» de diagnóstico precoz a través de la detección de los niveles de beta-amiloides en sangre.
Separar componentes sanguíneos
Por lo que respecta a Grífols, el presidente de la división de Productos Biológicos de la firma, Javier Jorba, ha anunciado que la compañía iniciará otro ensayo clínico, en colaboración con centros norteamericanos, en el que participarán 400 enfermos de alzhéimer en estadio moderado. En este caso, el tratamiento es por hemoféresis, técnica que permite separar componentes sanguíneos como plasma, glóbulos rojos, plaquetas y otras células.
En este caso, se obtiene una cantidad de plasma similar a la de la donación por plasmaféresis con la diferencia de que el plasma obtenido se reemplaza por albúmina e inmunoglobulina intravenosas, dos de los principales hemoderivados que se ha probado que reducen la proliferación de beta-amiloide.
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